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27,41 €Tres figuras dominan el horizonte de la PatrÃstica: San AgustÃn, OrÃgenes y San Ireneo. La producción del último, inmensamente inferior en cantidad a la de los dos primeros, parecÃa señalarle como el más indicado para ediciones, versiones y estudios de toda Ãndole. No es asÃ. Abundan artÃculos sobre puntos concretos, pero escasean estudios globales que se ex-tiendan con uniformidad sobre su dogmática. Es un autor difÃcil. Perdióse el texto original. Afortunadamente, sus antiguas versiones ofrecen garantÃas suficientes. Su magna obra -el llamado Adversus haereses-- arranca del estudio personal de los sectarios por Ireneo. De aparente sesgo polémico, el Adversus haereses es tal vez la obra doctrinalmente más densa de la Antigüe-dad cristiana. Al socaire de anotaciones al parecer polémicas, desarrolla multitud de temas dogmáticos, de inusitada hondura y coherencia. La dificultad reside en precisar las ideologÃas contrastantes. La documentación gnóstica hasta hoy conocida, aunque fragmentaria, era de un tecnicismo perfecto; mas, por su extraño lenguaje mÃ-tico, no invitaba al estudio con garantÃas de éxito. De ahà el problema del método. Análisis antes que sÃntesis. Atención singular a lo teológico (cristiano), sin distraerse al sincretismo. Y primero, entre los gnósticos preireneanos que se hubiesen pronunciado sobre los artÃculos de la fe, o sobre calificadas perÃcopas de Escritura, hasta apuntar siquiera una estructura sistemática elemental. Luego vendrÃa el análisis del propio Ireneo. Estudios sobre los gnósticos los habÃa buenos; con base literaria indirecta, no muy copiosa, técnicamente válida, pero orientados hacia el comparatismo. Trabajos sobre San Ireneo tampoco faltaban; pero autónomos, no abiertos a las ideologÃas heterodoxas. La biblioteca gnóstica de Nag Hammadi ha ampliado últimamente las bases literarias, con aportaciones positivas en el campo dogmático y de exégesis escrituraria. Lo que permite definir mejor las tesis combatidas por el Santo.
El P. Orbe ha consagrado años al estudio de la gnosis. Basta mencionar, aparte los cinco volúmenes de sus Estudios valentinianos, los dos de CristologÃa gnóstica publicados por la BAC (1976). Era hora de abordar la teologÃa de Ireneo a la luz de las contemporáneas (eclesiástica y heterodoxa) del siglo II. La obra consta de tres volúmenes, con arreglo a las partes en que se di-vide el Quinto y último Libro. Por vÃa de análisis, quieren restituir la Dogmática del siglo H. No son de lectura fácil. Pero introducen por caminos seguros, personales, al mundo de la primera teologÃa.