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42,75 €Leà La Transformación cuando tenÃa 13 o 14 años, en una noche, de un tirón. Tal vez incluso dos veces seguidas, como acostumbraba a hacer en ocasiones. Al dÃa siguiente, cuando regresé de la escuela, encontré a mi madre que la leÃa llorando, mientras que a mà me habÃa parecido más bien divertida y perturbadora. Mi madre lloraba solo con pensar que yo habÃa leÃdo AQUELLO. Después la he releÃdo varias veces. Quizá cada década. La considero como una especie de cómico esencial y moderno (como Cervantes). A medida que pasan los años y los acontecimientos se suceden, encuentro a Franz Kafka más pertinente, con ese humor que se tiene por judÃo pero que no es sino una forma muy antigua de humanismo... una cósmica desesperanza... Transformación: cambio. El único que no cambia es Gregor Samsa, adelgaza a lo sumo, pero es el mismo desde que despierta hasta el final. A su alrededor todo se transforma. Su padre, su madre, su hermana pequeña. El mundo exterior cada vez más amenazante que adivinamos a través de los resquicios de las puertas y ventanas. Con cada lectura, uno toma consciencia de algo que habÃa olvidado hace tiempo, y que sin embargo sabÃa.