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21,85 €El proyecto ético agustiniano consiste en una conversión del deseo, para que tienda a los bienes perdurables y no a los mudables. Nuestro deseo de felicidad es un deseo fallido que, a pesar de que busca su satisfacción en bienes, no la encuentra del todo. Esta condición de permanente peregrinatio llevó a Agust¡n a se?alar que todo deseo concreto (appetitus) descansa sobre una condición más originaria que él y cuyo desenlace debe concebirse como eminentemente escatológico, la inquietudo cordis: ?fecisti nos ad te, et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te?. Para la construcción de su propio pensamiento han citado a san Agust¡n autores como Wittgenstein, Husserl, Jaspers, Arendt o los posmodernos Lyotard y Derrida. Este libro convoca a filósofos contemporáneos (Martin Heidegger, Xavier Zubiri, Mar¡a Zambrano, Michel Henry), que encuentran una deuda fundamental en la elaboración de la antropolog¡a existencial del Hiponense. La disposición intelectual de san Agust¡n experimentará un cambio cuando pasa de la filosof¡a a la teolog¡a, un giro teológico o una teologización de la filosof¡a griega que si