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36,10 €Con la filosofÃa de Emerson, o la comprensión emersoniana de la filosofÃa («mirando retrospectivamente la historia de la filosofÃa con la perspectiva de volver a empezar»), comienza Stanley Cavell un examen de las cuestiones esenciales de la vida moral según se plantean en el mundo moderno, dominado por el pensamiento teórico o cientÃfico. Ciudades de palabras es la expresión acabada de las conversaciones que ha mantenido el autor con los textos más representativos de la filosofÃa práctica y la recapitulación de los descubrimientos que ha proporcionado su atenta mirada a la literatura y, sobre todo, al cine: «La exigencia implÃcita es que el cine, la última de las grandes artes, demuestra que la filosofÃa es a menudo la acompañante invisible de las vidas ordinarias que el cine es capaz de captar». La crÃtica cinematográfica o «lectura del arte» de Cavell, desde sus apreciaciones ontológicas hasta su preferencia genérica por las comedias y melodramas de Hollywood, cumple la función constitutiva de la filosofÃa de pensar sin distracción en aquello en que la mayorÃa de las personas no puede evitar pensar, al mismo tiempo que convierte esa fuente de distracción o entretenimiento en objeto del pensamiento (sobre sà misma y sobre el mundo que retrata). Si Ciudades de palabras es, en opinión de su autor, el más pedagógico de sus libros, lo es también respecto a su propia obra, de la que podrÃa constituir una pauta de lectura, una pauta, en general, no siempre bien entendida por los crÃticos -entre los que se cuentan eminentes filósofos como Richard Rorty y Arthur Danto- y que, sin embargo, se ha hecho sutilmente evidente. Empleando términos emersonianos, dirÃamos que una lectura retrospectiva de la obra de Cavell descubre hasta qué punto su escritura ha sido prospectiva y no ha necesitado giros ni interrupciones: está toda ella disponible simultáneamente, como lo demuestran las sucesivas reimpresiones y solapamientos de los capÃtulos y motivos de sus libros.